UN FINAL NUEVO PARA "EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR"
El emperador, que intentaba mantenerse firme y sin enseñar emoción. Siguió en su camino, y cuando terminó la procesión, se vistió con ropa normal y salió de nuevo.
- "¡Súbditos!", gritó.
Los ciudadanos se reunieron alrededor, todavía gritando y riéndose de él.
- "¡Venid súbditos!", gritó de nuevo.
- "¡Todo él que no se vista así le cortaré la cabeza!, vamos, todos, ¡a los calzoncillos!"
Todos se quitaron la ropa y se quedaron casi desnudos.
Y así, el pueblo que una vez había sido reconocido por tener un emperador muy majestral, fue a ser un lugar donde iban a ver "El Pueblo En Calzoncillos".
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